Noticias a medias o medias noticias, reportes superficiales, pérdida de la línea histórica de los casos y repetición de acontecimientos marcan la pauta de los noticieros de siete países latinos que he podido analizar recientemente.
Los noticieros de Televisión en Latinoamérica tienen casi la misma costumbre: en un pésimo ejercicio del periodismo, ignoran los seguimientos en casi todos los temas, pero causan mayor daño cuando se trata de información relacionada con delincuentes detenidos, porque se disuelven en una especie de crónica social sobre las detenciones. Quedan en la oscuridad informativa los que regresan a las calles antes de ser juzgados y los que finalmente son sentenciados al encierro. Los espacios informativos en Televisión parecen repetidores de lo obvio y cerecen de originalidad porque dejan en el olvido las noticias que nadie ofrece y que son noticias aunque no se conozcan.
El seguimiento, esa importante zona de la información, ha sido rebasado por la avalancha de acontecimientos diarios y con la rara excepción de la política, los televidentes pierden el final de las historias comunes. A cambio se enteran todos los días de nuevas historias que inician y no continúan. Este fenómeno de las medio noticias provoca una saturación en el espectador y lo hace considerar que siempre se habla de lo mismo, desinteresándose por temas medulares y estrechamente relacionados incluso con su vida.
En cualquier noticia hay una historia, con protagonistas y antagonistas, testigos, triángulos e intrigas.
Las noticias son dramas de la vida real, pero los noticieros, que suelen enorgullecerse de profesionales y analíticos, de equilibrados y periodísticos, pasan por alto los matices, las partes involucradas y sobre todo… los seguimientos, cortando la continuidad particular de cada caso y perdiendo la oportunidad de ser más originales. Cuando se hace el seguimiento de una noticia como las relacionadas con la actividad delictiva, la audicencia se vuelve fiel al noticiero y a sus reporteros, comprende el desarrollo del fenómeno, juzga la actitud de las autoridades y analiza su propia actitud.
Los Televidentes Se Escapan
El ciclo facilista de esos noticieros impulsa el escape en masa de los televidentes que se manifiestan navegando más por redes sociales, creando blogs de opinión y participando en foros electrónicos con sus encendidas opiniones… opiniones que siguen sin aparecer en la mayoría de los noticieros de Televisión.
Aunque es cierto que la Internet y las redes dividieron el pastel de los tiempos individuales con la Televisión, los noticieros, por su realismo, cercanía e implicación en las decisiones de la vida, tienen todo para continuar con un público cautivo que les busque y siga. El crimen avanza en casi todos nuestros países. Los delincuentes salen por Televisión cuando los detienen. Muchos son liberados poco tiempo después sin juicios ni pruebas, retornando a su grupo con mayor fuerza y liderazgo, con la fama que les otorgó la Televisión, en ocasiones para organizar nuevas bandas e incrementar su violencia… ante la actitud ajena de los noticieros. Los delitos impunes y los detenidos puestos rápidamente en libertad son responsabilidad directa de los sistemas de justicia de cada nación, pero la falta de seguimiento de cada historia en los noticieros permite cubrir con un telón negro la interminable ineficacia de los impartidores de justicia.
Los noticieros de Televisión se venden como objetivos, pero por omisión se vuelven cómplices. Anuncian tener la exclusiva, pero dejan ir los seguimientos que marcarían la diferencia.
En tiempos de crisis económica, cuando crece la desesperanza, los noticieros son, más que antes, ojos, voz y oídos del ciudadano anónimo que no encuentra dónde gritar sus temores. Las medio noticias consiguen entonces el crimen de la ausencia informativa y pierden el final de cada historia, justo donde está la expectativa del futuro.
Por Alexis Núñez Oliva, Productor Ejecutivo
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