Televisión.
Como ha ocurrido desde su creación, todo lo que vemos a través de la Televisión suele tener un retraso en tiempo con la sociedad. Lo más actual que pueden ver los televidentes es su pasado reciente. La dinámica y diversidad de la vida no han conseguido asomarse a la Televisión en el instante que suceden, salvo esas excepciones de noticias transmitidas en vivo, que no pasa de ser un evento aislado y poco representativo de los colores cotidianos.
El desarrollo de nuevas formas de expresión en los medios, como los videos y los blogs en la Internet, han puesto en alerta a los programadores de los canales de Televisión y a quienes escribimos y producimos programas, desde los noticieros hasta las telenovelas y todos los programas de entretenimiento.
Miles de blogs en decenas de idiomas informan y analizan realidades que, cuando vemos la Televisión, contrastan en diferencias o simplemente están ausentes de las noticias como si no ocurrieran. El fenómeno afecta por igual a la radio y a los diarios y revistas impresos.
Durante varias décadas hemos aceptado como noticia lo que publican los diarios, lo que se dice en la radio y lo que nos cuentan por Televisión. Sin embargo, el desarrollo de los blogs y de los sitios de videos en la red muestran otras noticias que no se han divulgado, pero que lo son aunque se ignoren por lo establecido en los medios tradicionales.
El público ha protestado quitándole tiempo a la Televisión para dedicar una parte de su atención a leer y buscar en Internet. Mientras eso sucede, los noticieros televisivos no han reaccionado y continúan en un esquema que parece envejecer al ritmo de un año cada siete días, a la vez que pierden audiencia y mueven a sus patrocinadores a invertir más dinero en otros medios. Conductores serios y vestidos con traje –bajo la antigua teoría de la credibilidad- se alejan del presente frente a sencillas maneras de contar y denunciar que los ciudadanos más comunes escriben y reportan en sitios personales.
Los hombres, mujeres y niños de este planeta nunca dejarán de ver Televisión porque cada televisor es un centro de entretenimiento que en su diversidad llena muchas necesidades de emociones y distracción. Pero cada vez más nos encontramos frente a televidentes mejor informados, con más criterio sobre casi cualquier tema, y que creen más en lo casual y lo espontáneo, que en lo preparado y meditado que se cuenta desde el acartonamiento y la rigidez oficial de los propios medios que se dicen independientes.
La solución está en hacer una Televisión moderna que incorpore las nuevas maneras de decir las cosas, tantos en sus contenidos como en sus formas. Y ocurrirá porque la Televisión siempre asume la realidad y aunque termine traduciéndolo todo a su lenguaje, se acercará más a lo que hoy encontramos en la Internet.
Necesita en la Televisión –en todas partes del mundo- una invasión de jóvenes talentos que todavía no consiguen la autorización para llegar a las oficinas de producción y transmitir al aire sus ideas renovadoras. Se requieren productores y jefes de información que cuiden más la diversidad informativa alrededor de cada hecho, que lo formal de la noticia. Deshacernos de reporteros impersonales que aparentan ser insensibles y formar reporteros analíticos donde se exponga la individualidad y no el pensamiento corporativo.
Cuando eso suceda, estaremos más cerca de recuperar la parte de atención que ahora los televidentes le dedican a la Internet en busca de una información cercana y quizá daremos el giro necesario para crear los primeros blogticieros que necesitamos ver por Televisión.
Por Alexis Núñez Oliva
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